Europa quiere liderar la transición hacia una energía limpia, comprometiéndose a reducir las emisiones de CO2 al menos en un 40% para 2030. El nuevo marco regulatorio incluye un objetivo de eficiencia energética para la UE para 2030 del 32,5% con una cláusula de revisión al alza para 2023.
El éxito de la transición a la energía limpia requiere que los ciudadanos se apropien, se beneficien de las nuevas tecnologías y participen activamente en el mercado. Además, la transición debe garantizar que los consumidores vulnerables estén protegidos de la pobreza energética, una situación que, según el Observatorio de la Pobreza Energética, afecta a más de 50 millones de hogares en la UE.
La CE quiere ayudar a los consumidores a aceptar esta transición ayudándoles con las operaciones diarias como la facturación y el cambio de proveedores. La UE apoya a los Estados miembros para que reduzcan los costes energéticos de los consumidores, y para que controlen e informen cuando se detecten casos de pobreza energética.
Existe una amplia gama de soluciones para ayudar a los consumidores a reducir su demanda de energía, la facturación de la energía, las emisiones de carbono y, por tanto, la pobreza energética.
En este contexto, un grupo o socios proponen crear la Formación para el Empoderamiento de los Consumidores de Energía (TRECE). Esta formación aborda la pobreza energética a través de la participación activa de los ciudadanos y agentes sociales en el diseño y desarrollo de sus soluciones, así como mediante la adaptación de la información a características de los usuarios, asegurando la aceptación, la asimilación y la participación activa.
El proyecto TRECE está financiado por el programa Erasmus+ en el marco del Convenio de subvención 2019-1-ES01-KA202-064495